EXTRACTOS DEL LIBRO “LA REPETICIÓN DEL NOMBRE DE DIOS: la práctica devocional más recomendada para esta Era”
ningún otro a la salvación, pues se puede lograr lo más elevado mediante el solo pensamiento de Dios y el recuerdo de su Nombre. De todos los yugas,
éste es descrito como el más sagrado, el más benéfico.
La meditación fue prescrita como el medio de liberación en el Kritha yuga;
las austeridades, como el mejor medio en el Threta yuga,
y la adoración ritual, en el Dwapara yuga;
pero para el ser humano de este yuga, el sencillo remedio prescrito es
sólo la conciencia constante del Nombre Divino. A pesar de esto,
es triste que al ser humano no le interese este camino y convierta su vida
en un despilfarro estéril.”
Sathya Sai Baba
SOBRE LA TÉCNICA DE LA REPETICIÓN DEL NOMBRE DE DIOS
En este libro se encuentran muchas enseñanzas de Bhagaván Sri Sathya Sai Baba
que nos orientan sobre la práctica de la Repetición del Nombre de Dios. A continuación
mencionaré sólo unas pocas de ellas, que nos permiten conocer la forma básica en que se puede llevar a cabo.
A lo largo de la historia de la humanidad, la Divinidad se ha manifestado de manera especial en varios seres como Rama, Krishna, Buda, Jesús y muchos otros, quienes han servido de guía e inspiración para muchísimas personas.
Entonces, para realizar esta práctica espiritual, podemos escoger un “Nombre” de alguna de estas “Formas” de Dios; específicamente de aquella que más amor, devoción y admiración nos genera. Cualquiera de ellas, sin importar la religión de la cual provenga, es válida y merece nuestro respeto.
Para facilitar una mayor concentración, Sathya Sai Baba nos sugiere repetir mentalmente el Nombre de la manifestación de Dios que hayamos escogido y acompañarlo de la visualización de Su Forma, cuando sea posible.
Es importante que escojamos sólo una imagen en particular para visualizar y que, al igual que con el Nombre escogido, no la cambiemos constantemente.
Entonces, si elegimos un Nombre como por ejemplo “Jesucristo”,
es importante que lo conservemos por un buen tiempo antes de pensar en cambiarlo por otro, si es que llegamos a necesitar hacerlo. Igualmente, si decidimos visualizar a Jesucristo como aparece en la imagen del “Señor de la Misericordia”, no es recomendable alternarlo con la imagen del “Cristo en la Cruz” o
el “Sagrado Corazón de Jesús”, porque será más difícil mantener la atención centrada.
También nos sugiere acompañar la Repetición del Nombre con la inhalación y la exhalación, hasta llegar a incorporar esta práctica a nuestra vida cotidiana.
Si el Nombre escogido es muy largo, podemos dividirlo en dos y pronunciar la primera parte al inhalar y la segunda al exhalar. Además, podemos agregarle una melodía a su repetición, si lo deseamos.
Es fundamental que realicemos la práctica con amor y un sentimiento de entrega total a la Divinidad, conscientes de que Ella siempre nos brinda las experiencias que más nos convienen para nuestro progreso espiritual y que, en esencia, realmente somos uno y lo mismo con Ella.
Recordemos siempre que la Divinidad está en nuestro corazón, en todo nuestro ser y en todo lo que existe: es omnipresente.
Así es que, si queremos evitar aumentar la separación mental
que creamos con Dios, podemos ser concientes en todo momento que la misma esencia Divina que se ha manifestado en el Nombre y la Forma de Dios que hemos escogido para realizar esta práctica, está presente también en nosotros y, por lo tanto, no hay diferencias ni separación entre ambos: ¡somos uno con Dios!
Aunque esta práctica de la Repetición del Nombre de Dios es simple,
no quiere decir que resulte sencilla o fácil para todas las personas al principio.
Sin embargo, con la práctica constante y sincera, la mente se va habituando a ella y la va asimilando progresivamente, hasta convertirla en el mismo aliento vital.
No me resta sino invitarlos a profundizar en las numerosas enseñanzas llenas de Sabiduría y Amor, que nos presenta Sri Sathya Sai Baba a continuación…
CITAS
1. El propósito de vivir es alcanzar "el vivir en Dios"…
“En cada hogar debe fijarse cierto tiempo cada día, tanto en la mañana como en la noche, para la lectura de libros espirituales y la repetición del Nombre de Dios.
Padres e hijos deben unirse en el canto a la Gloria de Dios. De hecho, todo el tiempo de uno debe ser dedicado a Dios;
así, como primer paso, pueden dedicarse unos pocos minutos
a la adoración de Su Gloria, o a la consideración de la magnitud de esa Gloria.
Gradualmente, cuando la dulzura de ese hábito les aliente, le dedicarán más y más tiempo y se sentirán más y más contentos.
El propósito de vivir es alcanzar "el vivir en Dios";
todos tienen derecho a esa consagración y consumación.
Ustedes son la Verdad; no pierdan la Fe; no se empequeñezcan. Ustedes son Divinos, aun cuando frecuentemente resbalen de la humanidad a la animalidad o aun más bajo”.
(Divinas Palabras II. El mensaje que traigo. 7 de abril de 1986)
2. Todos los Nombres y Formas denotan al Uno y único Dios…
“Toda religión enseña al hombre a llenar su ser con la Gloria de Dios y a desahuciar la pequeñez de la vanidad.
Le entrena en los métodos de desapego y discernimiento
para que pueda aspirar alto y alcanzar la Liberación.
Crean que todos los corazones están motivados por el Uno
y único Dios; que todas las creencias Glorifican al Uno
y único Dios; que todos los Nombres, en todas las lenguas
y todas las Formas que el hombre pueda concebir,
denotan al Uno y único Dios.
Se le adora mejor por medio del Amor.
Cultiven esa actitud de Unicidad entre los hombres
de todos los credos, de todos los países y de todos los continentes. Ése es el Mensaje de Amor que les he traído.
Ése es el Mensaje que deseo guarden en su corazón.”
(Divinas Palabras II. El mensaje que traigo. 7 de abril de 1986)
3. Repite con devoción el Nombre de Dios y el amor crecerá en ti…
“Promuevan Amor, vivan en Amor, esparzan el Amor;
ése es el ejercicio espiritual que rendirá el máximo beneficio.
Cuando reciten el Nombre de Dios, recordando mientras tanto Su Majestad, Su Compasión, Su Gloria, Su Esplendor, Su Presencia,
el Amor crecerá dentro de ustedes, sus raíces irán más y más profundas, sus ramas se esparcirán más y más anchas,
dando fresco albergue al amigo y al enemigo, al compatriota y al extranjero.”
(Divinas Palabras II. El mensaje que traigo. 7 de abril de 1986)
4. Ten un Nombre y una Forma de Dios como tu acompañante, guía y guardián…
“Escojan cualquiera de Sus Nombres, cualquier Nombre que les plazca, escojan cualquiera de Sus Formas; cada día, cuando despierten a la llamada del Este resplandeciente, reciten el Nombre, mediten en la Forma; tengan el Nombre y la Forma como
su acompañante, guía y guardián, durante las tareas del día; cuando se retiren en la noche, ofrezcan el agradecido homenaje a Dios en esa Forma, con ese Nombre, por estar con ustedes, al lado, detrás, durante todo el día.
Si se adhieren a esta disciplina, no podrán faltar o fallar.
Decidan comenzar la búsqueda de su propia Realidad.
Decidan vivir en la inspiración del constante recuerdo de Dios.
Cultiven el Amor y compartan el Amor con todos.
Les bendigo para que obtengan éxito en esta empresa, y de ella derive gran alegría.”
(Divinas Palabras II. El mensaje que traigo. 7 de abril de 1986)
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