Septiembre - Octubre 2011
Educare
Si pudiéramos pensar en la educación en términos del “arma fundamental “ para combatir la crueldad y ambición desmedida que están destruyendo la humanidad, podríamos capturar no sólo la importancia que tiene la misma, sino la transformación que está pidiendo casi a gritos, el proceso educativo para alcanzar dichos fines.
Nos enteramos casi a diario, los desastres que ocurren en escuelas, donde aparecen estudiantes armados matando o hiriendo a sus propios compañeros y/o maestros. Siendo muy llamativo, que entre las explicaciones, teorías e hipótesis, pocas hablen de la ausencia de los “valores humanos” como factor determinante para ese proceder casi “animal”.
Nos enteramos casi a diario, los desastres que ocurren en escuelas, donde aparecen estudiantes armados matando o hiriendo a sus propios compañeros y/o maestros. Siendo muy llamativo, que entre las explicaciones, teorías e hipótesis, pocas hablen de la ausencia de los “valores humanos” como factor determinante para ese proceder casi “animal”.
Se hace evidente que la educación implica más allá de un conocimiento libresco, el conocimiento de uno mismo. Este es en sí mismo, el fundamento de la educación.
La prueba clara de ello es que de nada sirven los títulos y el conocimiento de los libros si no van acompañados de objetivos nobles para el bien de la humanidad. En la actualidad, la educación promueve el confort y las conveniencias personales y muy pocos actúan para el bienestar social, o para restablecer la rectitud en pos de la paz mundial.
La prueba clara de ello es que de nada sirven los títulos y el conocimiento de los libros si no van acompañados de objetivos nobles para el bien de la humanidad. En la actualidad, la educación promueve el confort y las conveniencias personales y muy pocos actúan para el bienestar social, o para restablecer la rectitud en pos de la paz mundial.
Plagada está la historia de mentes brillantes que han utilizado ese don para destruir y desunir a los pueblos, y es ésta una de las evidencias más claras de que el auto conocimiento es el recurso para desarrollar los sentimientos nobles que exaltan la condición de “ser humanos”, alienada en la actualidad por la condición “animal”
“Ser humanos” es reconocer la diferencia con el resto de los seres vivos, que nos habilita a vivir en Paz, Amor, Rectitud, Verdad, y No violencia. Valores que están dentro de nosotros y podemos sacar y poner en acción a través de una educación verdadera. EDUCARE
“Ser humanos” es reconocer la diferencia con el resto de los seres vivos, que nos habilita a vivir en Paz, Amor, Rectitud, Verdad, y No violencia. Valores que están dentro de nosotros y podemos sacar y poner en acción a través de una educación verdadera. EDUCARE
Sai Baba no s ha dicho: “Los estudiantes deben adquirir la educación sagrada, comenzando por pensar en Dios.”
Así como el conductor analfabeto, en India, saluda al volante antes de hacer arrancar su vehículo, un músico reverencia a su instrumento antes de tocar, y un artista, entrega a su actuación a Dios, todo tipo de aprendizaje debería ser hecho como una ofrenda a Dios, sin ninguno otro objetivo. Sin ostentación del mismo.
La educación es de dos tipos: El primero es la recopilación de hechos y conocimientos acerca del mundo exterior y el compartirlos con los estudiantes. El segundo tipo es Educare. Educare implica comprender profundamente el conocimiento que surge del interior e impartirlo a los estudiantes. Sin embargo, la educación actual proporciona a los estudiantes sólo conocimientos sobre el mundo exterior.
La educación es de dos tipos: El primero es la recopilación de hechos y conocimientos acerca del mundo exterior y el compartirlos con los estudiantes. El segundo tipo es Educare. Educare implica comprender profundamente el conocimiento que surge del interior e impartirlo a los estudiantes. Sin embargo, la educación actual proporciona a los estudiantes sólo conocimientos sobre el mundo exterior.
Sólo la cultura o el refinamiento pueden desarrollar una buena personalidad y no este tipo de educación. Hoy la educación carece de cultura y es como una moneda falsa. Ni siquiera un mendigo acepta esta moneda falsa. ¿Entonces cómo pueden personas experimentadas e inteligentes aceptar semejante educación? Por eso, para satisfacer a todos debemos desarrollar Educare.
¿Qué mundo queremos? Es una pregunta que nos hacemos. Todos queremos que nuestros hijos crezcan como personas que se acepten y respeten a sí mismas, aceptando y respetando a los otros en la convivencia.
¿Cómo se puede lograr? Es necesario que los maestros y también los padres sepan interactuar con los niños, en un proceso en el que no los niega o castiga por la manera en que se relacionan, o porque no se comporten como las exigencias culturales dicen. Esto se puede lograr cuando se respetan a sí mismos y por supuesto, al otro.
Lo fundamental para dichos objetivos es el AMOR, éste es el aspecto fundamental de lo humano. Esto nos lleva a reconocer al otro como par, como un legítimo otro en la convivencia
De aquí partimos con Educare. Es al amor que todos somos lo que nos habilita a que florezcan en lo cotidiano los valores necesarios para acompañar a la información académica que nos brinda la educación de los libros.-
Silvia Pérez
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